martes, 3 de noviembre de 2015

Moi tu me manques, de nouveau

J'aime tes cheveux. 
Donnez-moi un autre baiser.
Reste avec moi
(traducido con google).

Y otros palabreríos que me dijiste y me los traducías y yo los tuve que buscar recién en el traductor de google porque no tengo ni la más pálida idea de francés. Ni de vos.
Ojalá me hubiese quedado enredada en tus sábanas, en tus palabras, en tu acento, en tu mirada di-vagante. Con el perfume de la droga, con los resabios del alcohol, con tu Kandinski de fondo en tu pared, el vino derramado en mi camisa, los blues que conocí en tu sillón y el corazón perdido en ese torbellino que etiquetamos como amor, por el tiempo que duró, por las semanas que fueron, los meses que se nos volaron.
Pero los pasos suenan y se hacen eco en mi cabeza, mientras estoy acostada, escribiendo, tratando de buscar algo de eso que me dejaste, algo de todo lo que te llevaste, tratando de encontrar un poco del pasado de mí, pretendiendo tenerte acá mientras escucho a la traductora de google, aunque no le sale igual que a vos, porque es fría, porque es mujer, porque no me está abrazando ni dando besos, porque no es una cinéfila con la que pueda hablar mil horas sin cansarme, porque de ella no me escapé a mitad de la noche por miedo a enamorarme de verdad.
Siempre termino igual, yéndome a escondidas, taconeando en pasillos de edificios ajenos y después llorando sobre el mismo almohadón, por imbécil, por cobarde.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario