martes, 3 de noviembre de 2015

Moi tu me manques, de nouveau

J'aime tes cheveux. 
Donnez-moi un autre baiser.
Reste avec moi
(traducido con google).

Y otros palabreríos que me dijiste y me los traducías y yo los tuve que buscar recién en el traductor de google porque no tengo ni la más pálida idea de francés. Ni de vos.
Ojalá me hubiese quedado enredada en tus sábanas, en tus palabras, en tu acento, en tu mirada di-vagante. Con el perfume de la droga, con los resabios del alcohol, con tu Kandinski de fondo en tu pared, el vino derramado en mi camisa, los blues que conocí en tu sillón y el corazón perdido en ese torbellino que etiquetamos como amor, por el tiempo que duró, por las semanas que fueron, los meses que se nos volaron.
Pero los pasos suenan y se hacen eco en mi cabeza, mientras estoy acostada, escribiendo, tratando de buscar algo de eso que me dejaste, algo de todo lo que te llevaste, tratando de encontrar un poco del pasado de mí, pretendiendo tenerte acá mientras escucho a la traductora de google, aunque no le sale igual que a vos, porque es fría, porque es mujer, porque no me está abrazando ni dando besos, porque no es una cinéfila con la que pueda hablar mil horas sin cansarme, porque de ella no me escapé a mitad de la noche por miedo a enamorarme de verdad.
Siempre termino igual, yéndome a escondidas, taconeando en pasillos de edificios ajenos y después llorando sobre el mismo almohadón, por imbécil, por cobarde.

miércoles, 28 de octubre de 2015

Rayes.

Boca sucia, boca atrevida, bizarra, de lengua suelta, de trago amargo.
Primero palabras, muchas palabras, acompañadas de risas, de miradas, de todas esas cosas que hacen pensar que es un poco más. Mundo flotante. Castillo inservible.
Después, manos, abrazos, manos con manos, caricias tímidas, cariño en la oscuridad.
Y con el tiempo besos, besos en las mejillas, en el cuello, en la oreja, en nuestros sexos. 
Empezamos a explotar nuestra sexualidad hasta agotarnos, hasta no querer más, hasta no poder soportar más estar unidos. 
Tus manos en mi cintura, las mías en tu cuello, en tu nuca. Subiendo, bajando, presionando, jugando.(Jugando, estúpida).
Y fue todo tan tan como si hubiesen sido horas. Como si todo ese tiempo no hubiese sido más que un trailer.
Quizás fuimos tan sólo eso, quizás ya no haya más, quizás no había presupuesto para película. Quizás vos y yo nunca combinamos, o no lo suficiente.
Quizás esté pensando demasiado y mañana te encuentre un reemplazo. Y cuando digo mañana también puede que sea hoy y que tarde años (de vuelta) en darme cuenta. Y cuando digo reemplazo en realidad no quiero uno, quiero alguien que me voltee los esquemas, que me haga olvidar para siempre, que me permita y acompañe a superar, que me de herramientas para ya no querer más de vos, ni de él, más de nadie, hasta podría confesarte que no quiero ni más de mí.
Mejor desaparece y no vengas, no aparezcas más, disolvete en la gente, hacete polvo, dejame con mis mambos y tormentas, con mis obsesiones y pasiones.
Andate vos para siempre, y vení otro vos (pero avisame).

Vuelvo yo, ahora volvé vos.

Y acá estoy otra vez. Con nuevos destinatarios, con cicatrices y heridas nuevas. Con más historia, con más pasado.
Pero siempre hay un "vos".
Siempre está ahí esa presencia.
Y siempre, también, estoy cuando ya no estás, aparezco por acá cuando te extraño. Cuando tengo ganas de vos, sí a vos te digo: quiero de vos. Quiero que estés en mí, quiero sentirte.
Quiero volver a dormir en tus brazos y sentir como me das besos en la nuca y me oles el pelo. Quiero que me abrigues de la tormenta, de mis tormentas. Quiero volver a sentir eso que ahora siente ella, ella que es después de mí, que es tu presente, que es mi antítesis. 
Veni, volvé, abrazame, no me dejes ir, no me dejes escaparme de vos de vuelta, no me dejes perderme en mi.

lunes, 6 de mayo de 2013

Mi cuerpo te aclama

Tengo sed de vos, de tu cuerpo, de tu olor, de tu sabor. Hambre de tu boca y de esas caricias que me llevaban el alma hacia otro universo. Soy adicta a tu recuerdo
Encontré similares a vos, pero ninguno igual, me estas dando demasiado tiempo para olvidarte, ya no quiero esperarte, quiero que estés acá y que me cantes como hacías antes.
Por costumbre he encontrado músicos, o ellos me encontraron a mí. Sumergirme en otras camas fue saludable, innovar nuevas posiciones, diferentes juegos, otros olores y sabores fue bueno, pero no tanto como vos. Porque a pesar de esas cejas pobladas, de tus granos de adolescente, de tu pelo pajoso y tu figura encorvada sos el que mejor sabe acariciarme, hablarme al oído y después penetrarme hasta el desgaste.
Aunque estoy segura de que no te importé más que por lo fácil que te hice todo, nada de 'te amo' ni de celos, nada de eso acordamos, y cumplimos. No te lo dije, pero ella era mi envidia. Siempre voy a querer ser esa que saques a pasear de la mano, a la que le des un beso enfrente de todos tus amigos y a la que le dediques textos públicos, como a ella. Igual, no la pasé mal, por eso te quiero de vuelta, me quiero de vuelta.
Sabes que nos quedan camas pendientes, hoteles nuevos a donde podemos escaparnos, ciudades llenas de desconocidos donde no habría por qué ocultarme. Volve y viajemos. Llévate esta soledad que aplasta y estos mocosos que tratan de alcanzarte y pretenden ayudarme a olvidarte. 
A pesar del tiempo aún hoy te necesito g.

domingo, 28 de abril de 2013

Te extraño, aunque le diga a todos que ya no.

Aunque el tiempo me enseñó que no debo esperar nada de vos yo sigo ansiosa por ver tu sonrisa, por volver a sentir esas caricias y sentirme en el país de las maravillas. 
Vil, egoísta, narcisista, pero mi única droga eficiente. Mi mayor adicción.
Tenés ese 'no se qué' que me da un 'que se yo' que me hace sentir que sos el único de todos los que pasaron por mis sábanas que puede hacerme feliz.
Aunque no me dejaste ni un beso ni un adiós, ni siquiera lágrimas que dedicarte o cartas que quemar, no me dejaste nada, ni a mi, porque estando sin vos ya no puedo ser yo.
Lo único que te pedí fue que no me cambiaras, que me aceptaras, y lo hiciste a medias. No entendiste mis locura, ni la natural ni la provocada, no aceptaste mis borracheras y mucho menos me aceptaste a mí. Te apoderaste de mis mejores besos y de todo mi cuerpo, de mi imaginación, la poca inocencia que me quedaba y la fuerza que me sostenía. Te llevaste todo y no te encuentro para reclamarte  porque desapareciste sin dejar rastro, ni un beso, ni un adiós, ni una rosa, te fuiste para olvidarme.


martes, 23 de abril de 2013

Abandonada.

Abrís la puerta, agotada, cada minuto que respiraste el día te ardió, dolió, te lastimó. Ves el armario vacío, su ropa no está. Hace mucho que no está. La cama vacía ya no parece tan grande, de vez en cuando llamas a algún suplente sediento que tape el hueco y disimule el vacío que dejó. Pero hoy, ahora, ese vacío ya no es una falta, una carencia, es parte de la decoración, ya es habitual y hasta agradable. Ya no duele, ya no lastima. Esta el vacío y no él, pero ya no importa, ya no te quema esa falencia,  esa huida cobarde, ya no. Sólo está ahí, ahora forma parte de vos sin lastimarte, dejándote ser, liberándote a un nuevo amanecer.

lunes, 22 de abril de 2013

Casual

Él la llevaba engañada, no le tuvo que decir muchos cuentos, uno bastó para quebrantar su inocencia y guiarla a la oscuridad. Caminaron unas cuadras, era de noche. Ella ya no tenía bien en claro cuantas sustancias tenía en su organismo y él sólo respondía a su mas feroz deseo.
Eran jóvenes, adolescentes, quizás era yo, quizás no.
Iban de la mano, llegar a una esquina, empezaba un parque. Él la beso contra la pared de una casa abandonada y metió sus dedos por debajo de la pollera de ella. Ella lo abrazó por la nuca, e besó el cuello, sintió la excitación de él. Se sentaron y el la empezó a penetrar en seguida, sentados, acostados, él saboreó su sexo y se excitó aún más. Ella gemía, encantada y asombrada, era su primera vez. Él la dispuso a su antojo, le hizo lo que quiso, con el consentimiento de ella. Manoseó lo que quiso y un poco más, ella se dejó sin oponer resistencia, aprendiendo, viviendo.