domingo, 28 de abril de 2013

Te extraño, aunque le diga a todos que ya no.

Aunque el tiempo me enseñó que no debo esperar nada de vos yo sigo ansiosa por ver tu sonrisa, por volver a sentir esas caricias y sentirme en el país de las maravillas. 
Vil, egoísta, narcisista, pero mi única droga eficiente. Mi mayor adicción.
Tenés ese 'no se qué' que me da un 'que se yo' que me hace sentir que sos el único de todos los que pasaron por mis sábanas que puede hacerme feliz.
Aunque no me dejaste ni un beso ni un adiós, ni siquiera lágrimas que dedicarte o cartas que quemar, no me dejaste nada, ni a mi, porque estando sin vos ya no puedo ser yo.
Lo único que te pedí fue que no me cambiaras, que me aceptaras, y lo hiciste a medias. No entendiste mis locura, ni la natural ni la provocada, no aceptaste mis borracheras y mucho menos me aceptaste a mí. Te apoderaste de mis mejores besos y de todo mi cuerpo, de mi imaginación, la poca inocencia que me quedaba y la fuerza que me sostenía. Te llevaste todo y no te encuentro para reclamarte  porque desapareciste sin dejar rastro, ni un beso, ni un adiós, ni una rosa, te fuiste para olvidarme.


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